El cambio de hora ¿afecta a nuestra salud?

El cambio de hora: su impacto en la salud y cómo adaptarse


El cambio de hora, una práctica que se lleva a cabo en muchas partes del mundo, se inició como cambio de horario de verano en 1916 en algunos países de Europa, llegando a España en 1918. Su motivo original era mantener en marcha la industria una hora más durante el verano.

Aunque pueda pasar desapercibido en nuestra vida diaria, es fundamental comprender su impacto en nuestra salud y bienestar. Este proceso de ajuste de los relojes puede parecer motivado por razones económicas, sociales y políticas, pero su influencia en nuestros ritmos biológicos no debe subestimarse. 

 

Impacto en la Salud

Los ritmos circadianos

Nuestro organismo opera según un reloj biológico interno, conocido como el ritmo circadiano. Este reloj guía una variedad de procesos vitales, desde la liberación de hormonas hasta el control de la temperatura corporal y la regulación del sueño. La clave para mantener estos ritmos en equilibrio es la exposición a la luz natural.

Mantener hábitos según la luz natural en las estaciones más oscuras

El desafío surge cuando el cambio de hora interrumpe la sincronización de nuestros ritmos circadianos, y esto coincide con la temporada del año con menos luz natural. En otoño e invierno, los días se acortan, y las noches se alargan, lo que significa menos tiempo de exposición a la luz natural.

Si continuamos manteniendo nuestros hábitos según el reloj convencional, como el horario laboral o las comidas, a pesar de la falta de luz natural, puede llevar a desajustes en nuestros ritmos biológicos. Por ejemplo, podríamos sentirnos somnolientos en momentos inapropiados o tener dificultades para conciliar el sueño por la noche.

La ciencia respalda la idea de que ajustar nuestros hábitos según la luz natural es esencial para mantener nuestros ritmos circadianos en equilibrio, especialmente en las estaciones más oscuras. Esto implica pasar tiempo al aire libre durante las horas de luz, especialmente por la mañana, ya que esto refuerza la señal de despertar en nuestros ritmos circadianos. También significa comer cuando hay luz natural, lo que promueve una mejor digestión y asimilación de nutrientes.

Limitación de la exposición a luces artificiales

Otro aspecto importante es la necesidad de limitar la exposición a luces artificiales después del anochecer, que se vuelve aún más crítico en las temporadas con menos luz natural. Las pantallas de dispositivos electrónicos, como teléfonos, tabletas y computadoras, emiten luz azul que puede engañar a nuestro cerebro para que piense que es de día, lo que dificulta conciliar el sueño.

Además, las luces artificiales en el hogar, como las bombillas LED de luz fría, también emiten una cantidad significativa de luz azul. Reducir la exposición a estas luces en las horas previas al sueño puede ser beneficioso para mantener una calidad de sueño saludable.

El ambiente de luz en el que vivimos determina en gran medida nuestra calidad de vida, por lo que tratar de pasar el mayor tiempo posible bajo la luz natural nos asegura una correcta sincronización de nuestros ritmos circadianos.También podríamos plantearlo al revés, tratar de pasar menos tiempo en interiores cerrados, detrás de cristales y con poca luz, lo que se trata de un ambiente de luz azul.

 

Efectos del cambio de hora

El cambio de hora puede desencadenar una serie de problemas que afectan nuestra salud y bienestar, cuando mantenemos los hábitos según el reloj convencional en vez de guiarnos por la luz natural:

Trastornos del sueño: Uno de los efectos más evidentes del cambio de hora es la alteración en los patrones de sueño. Las personas pueden experimentar insomnio, somnolencia diurna y dificultades para conciliar el sueño.

Fatiga y falta de energía: La perturbación de los ritmos circadianos puede llevar a una sensación general de fatiga, lo que a su vez puede afectar la concentración y el rendimiento en el trabajo o las actividades diarias.

Cambios en el estado de ánimo: Variaciones en los ritmos circadianos pueden influir en el estado de ánimo. Algunas personas pueden experimentar irritabilidad, ansiedad o síntomas de depresión temporal.

 

Todo ello provocado por la desincronización de los ritmos circadianos, que desencadena una serie de problemas fisiológicos más allá de los mencionados anteriormente, ya que nuestros relojes biológicos internos están desalineados con las señales externas.

Estos efectos pueden variar de persona a persona, pero es importante reconocer que el cambio de hora tiene el potencial de perturbar múltiples aspectos de la salud y el bienestar.

 

Consejos para una adaptación saludable

Sincroniza tus horarios y hábitos diarios con la luz natural, en vez de con el reloj convencional.

Pasa tiempo al aire libre: Aprovecha al máximo las horas de luz natural. Salir al aire libre, especialmente al amanecer y al anochecer, donde la presencia de luz roja e infrarroja es mayor.

Realiza actividad física: El ejercicio regular es un poderoso sincronizador de los ritmos circadianos. Incorporar actividad física, especialmente al aire libre. Un paseo, salir a correr o algo de entrenamiento de fuerza tras ver el amanecer refuerza la sincronización..

Come con luz natural: Intenta programar tus comidas durante las horas de luz. Esto no solo mejora la digestión, sino que también ayuda a un mejor descanso y recuperación.

Modo noche en dispositivos electrónicos: La mayoría de los dispositivos modernos ofrecen modos nocturnos que reducen la emisión de luz azul. Aunque no es la estrategía más efectiva, puede ayudar.

Luces de tono cálido: En tu hogar, utiliza bombillas de un espectro de luz más cálido, siendo el ideal aquellas que solo emiten luz roja.. Esto ayuda a minimizar la exposición a la luz azul, especialmente en las horas previas a dormir.

Establece una rutina de apagado: Apaga las luces y dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarte para permitir que tu cuerpo se prepare para el sueño, evitando los estímulos que suponen las luces y la interacción con el móvil.

Mantén una rutina de sueño constante: Intenta irte a la cama y despertarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a estabilizar tus ritmos circadianos.

Crea un ambiente de sueño adecuado: Asegúrate de que tu dormitorio sea oscuro, tranquilo y fresco. Considera el uso de cortinas opacas y tapones para los oídos si es necesario.


En resumen, adaptarse de manera saludable al cambio de hora implica sincronizar tus hábitos con la luz natural, ajustar tu alimentación, limitar la exposición a luces artificiales y priorizar el sueño de calidad. 

Sabemos que estas estrategias pueden entrar en conflicto con las costumbres sociales que tenemos y que resulte difícil implementar los cambios. Todo paso que demos hacia adelante en estos aspectos nos va ayudar a tener una mejor salud.

 

Conclusiones y llamada a la acción

El cambio de hora puede desencadenar una serie de problemas, desde trastornos del sueño hasta cambios en el estado de ánimo y desafíos en la adaptación. Estos efectos pueden agravarse en las estaciones más oscuras del año, cuando hay menos luz natural disponible.

Tu salud y bienestar están en tus manos. Tomar medidas para adaptarte de manera saludable al cambio de hora puede marcar una gran diferencia en cómo te sientes y funcionas en tu vida cotidiana.

Es hora de tomar el control de tu salud y bienestar. Comienza por ser consciente de la importancia de la luz natural y los ritmos circadianos en tu vida. Pasa tiempo al aire libre, come con luz natural, reduce la exposición a luces artificiales y prioriza tu sueño.

Al hacerlo, estarás tomando un paso significativo hacia un futuro más saludable. Aprovecha el poder de la ciencia y de tus propias decisiones para minimizar los efectos del cambio de hora en invierno en tu salud y bienestar. 


Tu salud es valiosa, cuídala y mantenla en equilibrio.

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